Hyundai se niega a dar más detalles, pero su futuro sedán de gama media, el Hyundai Sonata 2015, ya está recibiendo los últimos retoques antes de ser presentado en sociedad. No se sabe mucho, aunque parece que tendrá una parrilla más grande flanqueada por faros LED, varios adornos cromados, una lÃnea muy prominente y grandes llantas.
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El interior destacará por su completo equipamiento de serie, un diseño atractivo con inserciones de distintos materiales y sistemas de información y de entretenimiento de última hornada. En ese sentido se nota mucha más madurez en el modelo coreano.
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Mecánicamente, Hyundai tampoco ha dado pista alguna, pero parece claro que en materia de gasolina el motor 2.4 de cuatro cilindros dará paso a una unidad de 1.6 litros turboalimentado que podrÃa producir 200 CV.
Por: Kike Ruiz.
Si el otro dÃa te enseñamos a dar brillo a la carrocerÃa de tu coche, ahora es el momento de atacar esas manchas de la tapicerÃa que parecen imposibles de erradicar. Con estas soluciones y unos sencillos productos no tendrás ningún tipo de problema.

 Toma nota de los trucos que te proponemos y disfruta de unos asientos relucientes.
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Los souvenir en forma de mancha en la tapicerÃa de tu coche seguramente no ocupen un lugar privilegiado entre los recuerdos de tus vacaciones. Pero tranquilo: casi todo tiene solución en esta vida. Con el producto adecuado se puede eliminar hasta la mancha más pertinaz. Además, no necesitas tanto: limpiador multiusos, agua, trapos, cepillo, cubo y guantes. Procura eliminar las manchas en un dÃa caluroso para que la tapicerÃa se seque bien. Si quieres realizar un trabajo más profesional, conviene que sepas que para cada mancha existe un producto (véase tabla). Importante también: lee siempre las instrucciones de uso antes de aplicar el producto.
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QUITAMANCHAS: en cualquier supermercado encontrarás productos especÃficos para manchas de fruta, café...
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EL CLÃSICO: para quitar un chicle, basta con frotarlo unos minutos con un cubito de hielo, dejar endurecer y raspar con una espátula
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LIMPIEZA EN SECO: con un spray de espuma y un cepillo para tejidos (se encuentran en los supermercados) dejarás la tapicerÃa como nueva
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*Antes de utilizar el limpiador es conveniente comprobar que no dañe el material al llevar guantes
Por: Alfredo Rueda.
 Fotos: Javier Prieto, AUTO BILD
Desde el año 2012 en que la UNESCO lo estableció a petición del Gobierno de España, el dÃa 13 de febrero se celebra el DÃa Mundial de la Radio. Aunque se trata de un invento que nació a finales del siglo XIX, la historia de la radio en el coche se inició en 1922, George Frost desarrolló un prototipo de radiorreceptor compacto que podÃa ser manipulado usando únicamente dos botones giratorios. El invento de Frost se colocó en un Ford Model T, el coche más popular del planeta por aquel entonces, y está considerado el primer vehÃculo de la historia en equipar una autorradio, aunque en realidad este nuevo extra tardarÃa aún bastantes años en ser incorporado masivamente en el automóvil.
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Unos años después, en 1927, la empresa de Philadelphia Firma Storage Battery CO. empezó a comercializar unas radios compactas lo suficientemente pequeñas como para ser instaladas en la mayorÃa de los vehÃculos de la época y que hoy son una preciada pieza de coleccionista. Pesaban casi 20 kg y no llegaron a comercializarse con éxito. A la televisión le quedaban por entonces casi tres décadas por aparecer, asà que en los años 20 y 30 la radio era el medio de comunicación de masas más moderno y el único instantáneo, asà que hubo numerosos prototipos de aparatos que podÃan utilizarse dentro de un automóvil tanto en EEUU, como en Reino Unido y en Alemania.
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El primer dispositivo receptor de radio en el coche que se comercializó con cierto éxito llegó en 1930, el Motorola 5T71 de Galván Manufacturing Corporation costaba entre 110 y 130 dólares, más o menos el mismo precio de algunos de los automóviles que se vendÃan por entonces. En Alemania, Blaupunkt llegó a un acuerdo con la marca Studebaker para ofrecer una radio instalada de serie en sus modelos más exclusivos, cuya potencia excedÃa de 10 CV. TodavÃa eran dispositivos bastante primitivos y complejos, ya que usaban tubos de vacÃo y varios transformadores del tamaño de una cantimplora.
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Afortunadamente, gracias al impulso tecnológico que experimentaron las transmisiones durante la Segunda Guerra Mundial, la radio en el coche fue simplificándose y generalizándose a lo largo de los años 40. En EEUU a comienzos de los 50 todavÃa se seguÃan usando receptores AM, con un teclado mecánico y varios tubos de vacÃo cuando, en 1952, de nuevo Blaupunkt comenzó a ofrecer receptores FM. Sin embargo, fue en 1959 cuando la Motorota FM-900 se convirtió en la primera radio de coche con frecuencia modulada que se vendÃa en masa. Poco después, en 1960, llegaron los receptores transistorizados, lo cual comenzó a hacer relativamente fácil manipular este dispositivo durante la marcha.
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En 1963, Delco Remy, Ford y Motorola presentaron los primeros aparatos capaces de recibir AM/FM y en 1966 Philips lanzó la primera radio de coche capaz de reproducir casetes con lectura por las dos caras. El habitáculo comenzaba a convertirse en lo más parecido a una sala de estar. El mayor avance de la radio en el automóvil durante los años 70 fueron los radio-casetes extraÃbles, puedes ver la foto de uno de ellos un poco más abajo. Desde finales de los 80, la electrónica comenzó a ayudar a los conductores de los coches de lujo a sintonizar mucho mejor sus emisoras y, además, llegaron los reproductores de CD que introdujeron el sonido digital en el automóvil.
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Un poco antes de la llegada del formato MP3, a comienzo de la década de 2000, los aparatos de radio en el coche empezaron a ser capaces de sintonizar automáticamente las emisoras y a mantenerlas incluso cuando se producÃa un salto de dial por cambio de provincia, un engorro que muchos recordamos todavÃa, aunque es cierto que entretenÃa lo suyo. Aunque la radio digital ha sido una especie de eterna promesa para el automóvil, el elevado requerimiento de infraestructuras y el poco entusiasmo de los fabricantes de vehÃculos por esta tecnologÃa va camino de lograr que se quede obsoleta antes incluso de llegar los dispositivos de masas.
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El principal motivo es que las marcas apuestan ahora mucho más por disponer de conexión a internet en el vehÃculo con todos los servicios que ello implica, también la recepción de radio por streaming –falso directo- o sopcast –programas en diferido- que hoy conforman aproximadamente el 15% de toda la audiencia de radio en España. Por cierto, según todos los expertos, mientras no te distraigas demasiado en su manipulación, cosa que con los mandos en el volante y los comandos por voz ya no está justificado, escuchar la radio dentro del coche ayuda a concentrarse más en la conducción y evitan los riesgos asociados a las distracciones y el cansancio al volante.
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Te voy a proponer un divertido juego: adivinar en qué pelÃculas salieron estos coches. Pero por supuesto, no se trata de hacerlo con fotos como la que puedes ver arriba –por si acaso, se trata del Cadillac de los Cazafantasmas- sino de identificarlos a través de unas fantásticas ilustraciones, que puedes adquirir en ese mismo sitio por algo más de 13 euros –para el formato más reducido, el XL sale por 51 euros- aunque si entras en la web de su autor, el artista canadiense Scott Park, puedes visualizarlas en tu ordenador en poco más de resolución que aquà abajo y empezar el juego. Si quieres, puedes empezar buscando el Lotus Esprit Submarino de James Bond o algunos de los coches de George Barris.
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En la redacción de AUTOBILD.ES nos hemos echado un buen rato jugando a qué coches de pelÃcula son estos, aunque de los más de 70 que aparecen en cada uno de los dos póster, hay que reconocerlo, apenas conseguimos identificar la mitad. Seguramente, no te cueste encontrar unos cuantos de los vehÃculos que salÃan en la serie de dibujos animados ‘Los Autos Locos’ –Wacky Races en versión original-, cuya introducción puedes ver en el vÃdeo que hay justo abajo. ¡Qué recuerdos!
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Es curioso, pero otro de los coches de pelÃcula que no nos ha costado identificar en este collage es la furgoneta blindada y armada de la cinta ‘Tango y Cash’, protagonizada en 1989 por Kurt Russel y Silverster Stallone y que, en absoluto se trataba de unas de esas pelÃculas de coches. Ahora que he vuelto a buscar el tÃtulo porque no me acordaba de él –y eso que en Telecinco la programaron alrededor de 2.000 veces entre 1995 y 2005- me he sorprendido al ver el aspecto del protagonista de Rambo antes de que su cuerpo se fagocitara a sà mismo.
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Por supuesto, Scott Park no se ha olvidado de incluir un auténtico hit de finales de los 70 en la televisión española en su póster de coches de pelÃculas. Se trata del Ford Gran Torino de 1974 que conducÃan Starsky y Hutch en la serie del mismo nombre. Arriba puedes ver un vÃdeo de una de sus tÃpicas persecuciones, aunque hoy haya quedado un poco deslucido por los avances de la técnica, como mÃnimo resulta entrañable recordarlo.
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Si quieres, podemos hacerlo a la inversa y oara ayudarte a averiguar en qué pelÃcula salió este coche, abajo puedes ver el trailer de “El Pelotón Chiflado†-Stripes en inglés-, otro superclásico de los años 80 que, por suerte, siguen programando cada año en esos momentos del año en los que hay más tiempo para pegarse a la TV. Si alguien no ha visto todavÃa esa comedia protagonizada por Bill Murray, se la recomiendo vehementemente.
Por: Vicente Cano
El desarrollo que está viviendo China se nota en cada esquina, y es que aunque hace tan poco era un paÃs en desarrollo, ahora hay millones de coches chinos recorriendo las calles de ciudades tan cegadoras y resplandecientes como PekÃn o Shanghai. Pero, claro, a esta cara bonita le están empezando a salir granos. El paÃs no sabe cómo llevar adelante tanto crecimiento y la polución es la muestra más clara de una polÃtica que solo conoce un principio: crecer a costa de lo que sea. Y claro, que los fabricantes europeos como Volkswagen, Mercedes o BMW sean los que sacan mayor tajada de la alta demanda de coches de lujo no le hace nada de gracia al Gobierno chino. Se las han arreglado para imponer a los coches de gama alta europeos unas tasas aduaneras bestiales. PodrÃa acabar estallando una guerra comercial, pero, claro, es casi imposible que afectara demasiado a la industria automovilÃstica del Viejo Continente. ¿Qué consiguen imponiendo esas tasas entonces? AUTO BILD responde las preguntas más relevantes.
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Más de 100 fabricantes se reparten leña por conseguir clientes en China. Fabricantes que son totalmente desconocidos para nosotros. Asà que me he unido al resto de la familia internacional de AUTO BILD para tomarles el pulso a algunos coches chinos. Nos fuimos hasta el circuito de pruebas que tiene Bridgestone en Yi Xing, a unos 200 km de Shanghai, para exprimir nueve de los últimos modelos de producción china. El resultado: horrible. Menos mal que al menos visualmente parecen querer decir que se lo toman en serio. Se ve que se han marcado un estándar por fin, aunque los diseñadores se pasan a veces la protección anticopia por donde yo me sé... Eso sÃ, en cuanto te pones a mirarlos en detalle, la cosa se pone bastante fea. Utilizar un plástico peor que el de los vasos de yogur es más una regla que una excepción, y que no se te ocurra dejar el coche al sol, porque al material le salen unas grietas en las que perfectamente podrÃa esconderse algún bicho. Y para colmo la esponja de los asientos se apelmaza como si fuera miga de pan blanco. El colmo es cuando los saqué a dar vueltas por el circuito: ahà es cuando la apariencia dejó de importar por completo. La mecánica de los modelos es de principios del milenio y te puedo asegurar que el comportamiento sobre el asfalto es incluso peligroso. Una clara excepción a esta regla es el Volkwagen Lavida –solo para el mercado chino–, que va sobre la base de un Golf IV, y también el Changan Raeton —aunque tiene sus defectos— que se esconde bajo la piel de un Ford Mondeo antiguo. En las siguientes lÃneas te contaré todos los detalles de las pruebas.
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Supuestamente poco. Todos los fabricantes europeos hacen sus coches en China, incluso los de gama alta. Es la única forma para que Audi, BMW y Mercedes puedan ofrecer sus modelos A6, Serie 5 y Clase E en China. Asà consiguen librarse de pagar los aranceles. La cosa cambia mucho en los modelos de lujo. El A8, el Serie 7 y el Clase S se fabrican en Alemania y se exportan a China. Asà que a dÃa de hoy se tiene que pagar un 25% de tasas aduaneras y, además, otro impuesto de lujo, lo que ha hecho que el precio de las berlinas esté ahora por las nubes. Un Maserati Quattroporte cuesta, por ejemplo, 330.000 euros, 2,5 veces más que lo que cuesta aquÃ. Pero bueno, la cosa es que estos coches se siguen vendiendo, me imagino que porque los ricachones del paÃs querrán diferenciarse del resto de chinos de alguna forma, aunque sea con un coche exclusivo. Ahà el precio pasa a un segundo plano, asà que las tasas de aduana tienen un impacto insignificante.
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Pues parece difÃcil de evitar, según dice el analista económico porque de las diez ciudades del mundo con más contaminación en el aire, siete están en China. Si siguen de brazos cruzados, pronto se quedarán sin soluciones. Li Keqiang dice que “la lucha contra la contaminación ambiental es un proceso lentoâ€. La cuestión es que aunque la contaminación en las ciudades es el resultado de la producción industrial y no de los coches en sÃ, el Gobierno chino aprobó la pasada primavera una polÃtica de emisiones más dura.
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Cuando un chino se compra un coche, lo hace pensando en que lo va a conducir otra persona por él. Las marcas premium alemanas han aprendido de esto y ahora ofrecen sus modelos de clase media y alta con batalla alargada. En la foto se pueden ver las versiones largas del BMW Serie 3, Audi A6, BMW Serie 5 y Audi A4 (de izda. a dcha.). También Mercedes se ha lanzado una versión larga de su Clase E. Estas versiones se fabrican en China y se comercializan únicamente allÃ.
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Mientras que los fabricantes coreanos cambian las versiones de sus modelos en un abrir y cerrar de ojos, los coches chinos se quedan anclados en una mecánica mucho más anticuada. “Los chinos llevan apenas unos años en el comercio internacional; antes solo se dedicaban al comercio interiorâ€, señala Stürmer para explicar la distancia entre los dos mercados. Pero esta diferencia se podrÃa reducir en breve. Cada vez hay más fabricantes chinos que colaboran con los europeos más importantes y, además, están invirtiendo en tecnologÃa y año tras año contratan más directores e ingenieros del Viejo Continente. Un ejemplo es Quoros, cuya berlina 3 fue dibujada por Gert Hildebrand, exdiseñador de Mini, y que contrató a Volker Steinwascher, exdirector de Volkswagen, para la toma de decisiones estratégicas.
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Para poder fabricar coches en China, las marcas internacionales tienen que colaborar con marcas locales. Es el caso de BMW, que colabora con Brilliance para fabricar su Serie 3 y Serie 5, o Daimler, que trabaja junto al fabricante chino BYD. Y aunque corren el riesgo de dejar de saber cómo se fabrica cada cosa, los europeos no se asustan por estas joint ventures forzadas. Asà de suculentas son las ganancias millonarias que promete el mercado chino. “No vemos ninguna señal de que el Gobierno chino vaya a cambiar estoâ€, indica Stürmer.
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Ya hace bastantes años se empezaron a ver las primeras señales de que el Gobierno chino se iba a tomar el medio ambiente más en serio. “No podemos seguir produciendo, construyendo y consumiendo a costa del medio ambienteâ€, anunció el primer ministro chino, Li Keqiang, recientemente. El Gobierno chino aprobó la pasada primavera una polÃtica de emisiones más dura.
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Una de las soluciones para el problema de la polución en las grandes ciudades serÃan los coches eléctricos. Menos mal que el Gobierno chino está intentando incentivar a la población para que compren este tipo de coches al dar hasta 60.000 yuanes (unos 7.400 euros). Ningún otro paÃs industrializado le hace sombra en este aspecto. También la industria automovilÃstica está recibiendo subvenciones; de hecho, el Gobierno está potenciando el desarrollo de coches eléctricos con una subvención de 11.000 millones de euros. También se ha pedido a los fabricantes extranjeros que produzcan modelos adaptados a los nuevos tiempos. El exprimer ministro Wen Jiabao marcó la meta de llegar al medio millón de coches eléctricos antes de 2015 y a los cinco millones antes de 2020. Daimler ya se ha puesto manos a la obra y presentará junto con BYD este año un coche producido a nivel local bajo la marca Denza. Una pena que, tal y como ha pasado en Europa, esa fiebre por los eléctricos se haya ralentizado. “Los clientes están muy insatisfechos con los precios y la autonomÃa de los eléctricos, y eso solo podrá solucionarse cuando haya mejores baterÃasâ€, indica Stürmer. Un informe McKinsey señala que desde 2009 se han vendido en la República Popular 10.000 coches eléctricos, lo cual es una mala noticia para el Gobierno. Y es que el medio ambiente no es el único motivo por el que China ha apostado por los coches eléctricos: lo que esperaban los economistas comunistas era que la electrificación sirviera para mezclar todas las cartas de la baraja, es decir, que BYD, FAW o Dongfeng pudieran adelantar a VW y Toyota. Por ahora se quedarán con las ganas...
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Los coches que les gustan a los chinos son las berlinas como el Volkswagen Jetta. Pero en Great Wall solo tienen ojitos para Fiat, porque el morro es igual que el del Bravo. Incluso el interior está salpicado de aire europeo. Pero es mejor que no te fijes en los detalles, porque la verdad es que todo está hecho sin cariño, como los asientos, que se estrujan como si fueran miga de pan. Aunque lo peor es el comportamiento: en le test del alce sobreviró incluso a velocidad urbana. Si le metes más caña, el morro se llega a levantar y parece que va a volcar. Precio: 11.700 euros.
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CONCLUSIÓN: El Great Wall C50 es malo incluso para los estándares chinos. Apariencia desastrosa y la mecánica de un Golf de segunda generación. Además no sabe controlarse sobre el asfalto.
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No dejes que te confunda: aunque el fÃsico del Lavida no se puede diferenciar apenas del de sus hermanos europeos de Volkswagen, bajo el capó vive la mecánica añeja de un Golf IV. Pero incluso asÃ, el VW sigue siendo el mejor con diferencia. La dirección y el chasis recuerdan un poco al último Jetta, pero claro, el motor no tira y hace mucho ruido y el cambio automático funciona a medias, asà que ya sabes dónde ha recortado gastos VW. Muchos quisiéramos tener el habitáculo de plástico del Lavida, aunque el acabado no es nada del otro mundo. Precio: 18.000 euros
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CONCLUSIÓN: El Lavida no tendrÃa opción en Europa, pero consigue sacar pecho frente a sus contrincantes chinos. El chasis cumple nuestras expectativas y la calidad está al nivel europeo.
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A primera vista no puedes distinguir el Geely Emgrand de otras berlinas asiáticas de gama media. El chasis es blandengue y la dirección no tiene nada de tacto, asà que te costará bastante mantenerlo recto. Pero tampoco es incómodo del todo. Las pequeñas ondulaciones del asfalto hacen que el eje delantero traquetee una barbaridad. Aunque no lleva ESP, en marcha no da problemas. El plástico del habitáculo desprende un aroma avinagrado, asà que incorpora de serie una ración de dolores de cabeza para el verano. Precio: 11.500 euros.
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CONCLUSIÓN: Aparentemente está a la moda, pero la mecánica lleva diez años de retraso. El chasis es suave e incómodo a la vez y el interior huele a productos quÃmicos.
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Roewe absorbió en 2006 la marca MG Rover Group por no tener solvencia y se llevó a China todas las fábricas. El 950 no tiene nada que ver con el 75 que desarrolló BMW; es más, bajo el capó solo encuentras piezas de GM y los interruptores parecen del Insignia. Tiene buenos genes, tal y como demuestra el ajuste perfecto del motor de cuatro cilindros y la agilidad del cambio automático de cinco velocidades. El chasis echa en falta algo de amortiguación y firmeza, porque se centra más en el confort sin dejar de ser seguro. Precio: 39.500 euros
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CONCLUSIÓN: El Roewe 950 tiene encanto y mucho espacio en el fondo. El chasis tiembla mucho y, además, la calidad es bastante mediocre. Al menos el motor de GM convence.
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Changan, que será la única marca china que estará presente en el Salón de Frankfurt 2013, ha elegido para su modelo estrella casi el mismo nombre que Volkswagen: Raeton en vez de Phaeton. La mecánica es de Ford y debajo del capó parece esconderse un Mondeo antiguo. Es mucho más suave que el original, pero puede plantarle cara a cualquier berlina europea. El comportamiento sobre el asfalto es seguro e incorpora ESP de serie. Y aunque el Changan tenga poca amortiguación, la comodidad a bordo es uno de sus puntos fuertes. En el interior hay piezas de plástico blandengues y un sistema Infotainment a la última. Precio: 24.800 euros.
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CONCLUSIÓN: Changan se ha sacado de la manga una gran berlina, eso sÃ, gracias a la ayuda mecánica de Ford. El Raeton se queda al nivel de un Hyundai Sonata de 2005.
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BMW no es la única que tiene un X5, Landwind también. El X5 asiático es el tÃpico coche chino: aspecto agradable, mecánica del colaborador (en este caso Mitsubishi) y una configuración que no podrÃa estar peor. El chasis no amortigua apenas y cuando vas por una carretera aparentemente llana, notarás hasta la piedrecita más pequeña en el interior, que es otro desastre. Como en la mayorÃa de los coches chinos, el salpicadero está lacado como un piano y tiene piezas cromadas para darle algo más de clase. Precio: 14 300 euros.
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CONCLUSIÓN: Aunque se llaman igual, no es un BMW X5. No está mal de diseño, el chasis se menea mucho, la calidad es malÃsima y nunca sabes por dónde te puede salir el motor Mitsubishi.
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Si vas a China, te darás cuenta de que como europeo hay momentos en los que no encajas. Eso mismo es lo que te pasa al volante del Geely GX7. Y es que, aunque mide 4,54 m de largo, solo caben personas pequeñas, los asientos son diminutos y el volante solo se puede regular en altura, asà que olvÃdate de utilizarlo para relajarte en la carretera. El motor es malo, hace ruido y va unido a una caja de cambios automática. Parece de chiste que este motor de cuatro cilindros erogue 162 CV. Solo el Infotainment está al dÃa. Precio: 16.000 euros
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CONCLUSIÓN: El Geely no se diferencia de un coche de segunda mano. La posición al volante no le viene bien a ningún europeo y el chasis y el motor parecen ser de hace 20 años.
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El Great Wall H6 se parece al antiguo Toyota RAV4. Pero la mecánica y la calidad del H6 es claramente peor que la de cualquier Toyota de hace 10 años. El interior está cargado de plásticos duros. Para colmo, el cuentarrevoluciones y el velocÃmetro de la unidad de pruebas no funcionan… El coche no consigue convencer ni en carretera, y es que incluso las ondulaciones más pequeñas hacen temblar al H6. En curvas, más vale que tengas buenas manos para mantener derechos sus 4,64 m, porque la dirección es demasiado suave e imprecisa. Precio: 15.800 euros.
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CONCLUSIÓN: El diseño es el clásico de cualquier SUV asiático, pero la mecánica es vieja. Incluso si vas lentito, parece imposible predecir lo que va a hacer el coche. No podrÃa tener peor calidad.
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BYD se ha dado prisa para empezar a hacer coches eléctricos. Los plásticos del interior son simpluchos, pero todo está hecho con sentido y sin quitar visibilidad. Incluso cuando lo sacas a la carretera consigue sacarte una sonrisa. Y lo mejor, el BYD E6 no se despeina ni siquiera en situaciones crÃticas, y eso que no lleva ESP. La pena es que el motor eléctrico es perezoso, y sus 230 Nm a 1.700 rpm tienen que tirar de los 2.760 kg que pesa el coche. Los chinos dicen que la autonomÃa es de 300 km, pero lo escandaloso es el precio: 50.000 euros.
CONCLUSIÓN: Aunque el aspecto y el chasis convencen, al motor eléctrico le cuesta tirar adelante. La culpa la tiene el peso del coche, asà que lo mejor serÃa poner a dieta al E6... y a su precio.
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AUTO BILD ha sido el primer medio del mundo en probar algunos automóviles chinos modernos. Lo hemos hecho a nuestro estilo y siempre en circuito cerrado. El resultado: nos hemos asustado un poco... por no decir otra cosa. Los modelos ‘Made in China’ no le llegan ni a la altura de los neumáticos a los coches europeos. Lo peor no es que tengan un acabado espantoso y una calidad más que cuestionable, sino que, además, llegan a ser incluso peligrosos. Está claro que la copia no ha seguido los pasos del original, y es que a los chinos les falta nuestro mayor capital: ¡la experiencia!
Por: Redacción.